¿Cuánto necesita dormir un niño pequeño?

 ¿Cuánto duerme un bebé? ¿Cuánto debe dormir mi bebé? ¿Cómo se puede establecer una rutina para dormir? Estas son las preguntas más comunes de muchos padres que buscan ayuda para dormir a sus pequeños.  

Te explicaremos todo lo que necesitás saber, incluyendo la hora de acostarse de los niños, cómo ayudar a tu hijo a dormir mejor, consejos para controlar las pesadillas y los terrores nocturnos, y cómo hacer la transición de tu pequeño de la cuna a la cama para niños. El sueño es muy importante para que tu hijo se desarrolle sano y feliz, y si tu hijo duerme bien, también lo hará toda tu familia.

¿Cuánto duerme un niño pequeño?   

Los expertos recomiendan que sean entre 10 y 12 horas de sueño en bebes por noche, más una o dos siestas. Sin embargo, cada niño pequeño es único, por lo que tu hijo podé necesitar un poco más o menos.   

La cantidad de horas de sueño que necesitá tu hijo -especialmente en los dos primeros años de vida- puede estar determinada por muchos factores, como la genética y el temperamento.     

En lugar de guiarse por el reloj, puede ser más beneficioso prestar atención al comportamiento de tu hijo. Si tu hijo está cansado o irritable durante el día, es posible que necesite acostarse antes o hacer una siesta más.  

En resumen

Los niños pequeños suelen necesitar entre 10 y 12 horas por la noche, más las siestas, pero cada niño es un individuo y tiene unas necesidades de sueño únicas. Es posible que tengás que aumentar las horas de sueño de tu hijo si notas que está de mal humor o tiene sueño durante el día.

Cómo crear una rutina para acostar a tu hijo  

Cuando se trata de que tu hijo duerma bien por la noche, una rutina a la hora de acostarse puede ser de gran ayuda. Podés incorporar una rutina para ir a la cama a partir de los 4 ó 6 meses, pero si aún no lo has hecho, ahora es un buen momento para empezar.   

La clave para crear una rutina sencilla para irse a la cama es mantener la calma y la coherencia en el período anterior a la hora de dormir de tu hijo, para que aprenda a reconocer que se acerca la hora de dormir.

Una rutina para irse a la cama ayuda a tu hijo a relajarse lo suficiente como para quedarse dormido.  

Aquí tenés algunas ideas de lo que podés incluir en la rutina para acostar a tu hijo:   

  • Un baño caliente  

  • Un cuento para dormir  

  • Cantar una canción de cuna juntos  

  • Juegos tranquilos como dar las buenas noches a sus juguetes favoritos y acostar a su peluche   

También es una buena idea:   

  • Prohibí el tiempo de pantalla en la hora anterior a irse a la cama  

  • Dejar de jugar y correr de forma activa  

  • Atenuar las luces de la habitación de tu hijo, o encender una luz nocturna si la tienes   

  • Cerrá las cortinas   

  • Poné música relajante o ruido blanco  

  • Comprobá que la temperatura de la habitación es agradable para tu hijo  

  • Comprobá si hay algo que moleste a tu hijo: si es así, mover los objetos que provocan sombras aterradoras, cerrar las puertas del armario o cerrar las cortinas pueden ser formas de ayudar a tu hijo a sentirse seguro.  

En resumen

Una rutina constante a la hora de acostarse puede ayudar a marcar el final del día para tu hijo, y le ayuda a relajarse lo suficiente como para dormirse más fácilmente cuando llegue la hora de dormir. Leer un cuento juntos, dar a tu hijo un baño caliente y relajante, o bajar las luces y fomentar el juego tranquilo pueden formar parte de una rutina para irse a la cama

Siestas de los niños pequeños   

La mayoría de los niños pequeños necesitan entre una y dos siestas al día, de una a dos horas cada una. Tené en cuenta que, a medida que tu hijo crece, sus necesidades de siesta pueden cambiar. Aproximadamente la mitad de los niños pequeños sólo necesitan una siesta a los 15 meses de vida.  

Crear un horario de siesta puede ayudar a tu hijo a dormir mejor. Puedes empezar por hacer un seguimiento de las horas de sueño de tu hijo y estar atenta a cualquier signo de somnolencia; pronto te darás cuenta de que tu pequeño está cansado durante el día. Programá las siestas cuando tu pequeño esté más cansado y mantén la constancia cada día. 

En resumen

Las siestas son importantes para los niños pequeños, y muchos de ellos necesitan una o dos siestas al día, de una o dos horas cada una. Intentá mantener un horario de siesta constante, pero prestá atención a las necesidades de tu hijo a medida que crece. Por ejemplo, con el tiempo, puede necesitar menos siestas diurnas y la siesta de la tarde puede ser más corta para que pueda dormirse más fácilmente por la noche.

Cómo ayudar a tu hijo a dormir mejor  

Una de las mejores maneras de ayudar a tu hijo a dormir mejor es establecer un patrón de sueño constante. Pensá en ir a dormir como un ritual. Quizá la rutina de tu pequeño pueda ser algo así:  

  • La hora del baño  

  • Ponerse el pijama  

  • Lavarse los dientes   

  • Leer un cuento con mamá o papá  

  • Llevar a la cama su juguete favorito o su manta de seguridad  

  • Apagar las luces y un rápido beso y abrazo de mamá y papá  

Si ya tenés una rutina, es posible que notes que tu pequeño se queja o se pone irritable cuando no se sigue esa rutina, como por ejemplo, cuando viajas.   

A veces, sin embargo, el ritual habitual para irse a la cama no funciona y tu pequeño se niega a dormirse.   

Esto puede deberse a que tu pequeño búho nocturno quiere tener una sensación de control sobre su rutina. Prueba a darle algunas opciones: dejá que escoja su pijama, que elija el cuento que le vas a leer o que decida la música suave para dormirse.   

Otra razón por la que tu hijo puede tener dificultades para dormir es que le dé miedo la oscuridad o tenga ansiedad por la separación, en cuyo caso te puede ayudar una luz nocturna o un objeto de transición, como una manta de seguridad.   

El entrenamiento del sueño para niños pequeños puede ayudar a tu hijo a aprender a dormirse solo y a dormir toda la noche sin tener que pedirte que lo consueles.  

En resumen

Hay muchas estrategias que puedes probar para ayudar a tu hijo a conciliar el sueño nocturno con más facilidad y a que duerma toda la noche sin salir de la cama para ir a buscarte. Una rutina tranquilizadora y constante a la hora de dormir puede ayudar, así como dar a tu hijo la posibilidad de elegir algunos elementos de su ritual nocturno. También podés probar algunas técnicas de entrenamiento del sueño.

Cómo dormir a tu hijo  

A veces, puede ser un reto hacer dormir a tu hijo. Con todas las cosas emocionantes que ocurren durante la infancia, el sueño puede ser lo último en lo que piensa tu hijo.   

Tal vez tu pequeño tenga una nueva habilidad, como caminar, que está deseando practicar. Si tenés invitados o tu hijo tiene un nuevo hermano, es posible que no quiera perderse toda la diversión.   

En algunos casos, tu hijo puede tener demasiada energía a la hora de acostarse porque la siesta de la tarde fue demasiado larga o demasiado tarde.  

Mantener una rutina constante a la hora de acostarse es un gran paso para animar a tu hijo a dormirse a la hora de dormir. Sé firme en que la hora de acostarse es la hora de acostarse, y si tu hijo se arrastra fuera de la cama, volvé a acostarlo y recuérdale que es la hora de dormir y que tiene que hacerlo en su propia cama.   

No dejés que tu hijo mandón de 3 años te cuente "sólo un cuento más" y no te alejés demasiado de tu rutina normal, ya que esto sólo animará a tu hijo a sobrepasar los límites aún más la noche siguiente.   

En algunos casos, dependiendo de la causa, podrían pasar sólo unos días de interrupción antes de que tu hijo vuelva a sus hábitos de sueño normales.   

Lee más sobre cómo dormir a tu hijo para obtener más consejos y sugerencias.  

En resumen

Hay muchas razones por las que a tu hijo le cuesta dormirse de vez en cuando. Puede que tu hijo no esté cansado todavía, que esté demasiado excitado para dormirse o que tenga miedo a la oscuridad. Dependiendo de la causa de la interrupción, puede ser útil mantener la rutina normal de tu hijo para ir a dormir, ser firme con él para que se quede en la cama y tranquilizarlo si le asusta algo en su habitación.

Pasar de la cuna a la cama  

Quizá te preguntés cuándo estará preparado tu hijo para pasar de la cuna a la cama. No hay una regla rígida, pero si mide alrededor de 35 pulgadas o parece estar cerca de poder gatear por encima de las barandillas de la cuna, probablemente sea el momento de hacer la transición. Si tenés alguna duda, pedí consejo personalizado al médico de tu hijo.   

Cuando hagas el cambio, es posible que tu hijo esté inquieto durante las primeras noches. Es posible que tengas que probar técnicas de entrenamiento del sueño, como la de "acampar" en la habitación de tu hijo mientras se acostumbra a su nuevo lugar para dormir.   

Esta técnica consiste en dormir en un saco de dormir o en un colchón en la habitación del niño. A lo largo de unas cuantas noches, duerme cada vez más lejos de la cama de tu hijo hasta que éste pueda dormirse sin vos.  

Colocar un colchón en el suelo justo al lado de la cama o añadir barandillas a la cama puede ayudar a evitar que tu hijo ruede accidentalmente fuera de la cama y se golpee contra el suelo. Al fin y al cabo, es la primera vez que tu pequeño duerme en una cama sin barandillas, así que puede que le cueste acostumbrarse.  

En general, intentá que sea divertido. A muchos niños pequeños les encanta la idea de hacer algo que hacen los "niños grandes", así que la transición a una cama para niños pequeños puede ser más fácil de lo que crees.

En resumen

Cuando tu pequeño mida alrededor de 35 pulgadas, es el momento de pasar de la cuna a la cama. Es posible que tengás que hacerlo incluso antes si tu hijo pequeño muestra signos de poder gatear por encima de las barandillas de la cuna, incluso con el colchón en la posición más baja. Utilizá barandillas para evitar que tu hijo se caiga de la cama, o colocá un colchón en el suelo junto a la cama para asegurarte de que tiene un lugar seguro en caso de que se caiga.

Seguridad para el sueño de los niños pequeños   

Mantené a tu hijo seguro por la noche tomando algunas precauciones de seguridad:  

  • Comprueba las instrucciones del fabricante de la cuna para bajar la altura del colchón a medida que tu hijo crece. Hay que bajarlo antes de que el niño sea capaz de gatear por la barandilla.   

  • No dejes juguetes de peluche o almohadas adicionales en la cuna, ya que tu hijo puede utilizarlos para escalar la barandilla.   

  • Traslada a tu hijo a una cama para niños pequeños si pronto podrá gatear por encima de la barandilla de la cuna incluso con el colchón en la posición más baja.  

  • Colocá un colchón junto a la cama de tu hijo o añade barandillas para evitar que ruede accidentalmente fuera de la cama y se golpee contra el suelo.  

  • Mantené la cuna o la cama de tu hijo alejada de ventanas, cortinas y cables eléctricos o de otro tipo.  

  • Retirá todos los objetos con cuerdas, como los móviles, que puedan engancharse en el cuello de tu hijo cuando pueda alcanzarlos desde la cuna.  

En resumen

La seguridad del sueño es muy importante. Traslada a tu hijo a una cama antes de que sea capaz de arrastrarse por las barandillas de la cuna. Mantené su zona de descanso libre de cables.
Si tu hijo aún está en la cuna, mantenla libre de juguetes y almohadas, ya que podría utilizarlos para impulsarse y salir de la cuna. Si acaba de pasar a una cama infantil, considerá la posibilidad de añadir barandillas o colocar un colchón junto a la cama. 

Pesadillas y terrores nocturnos   

Todo el mundo tiene pesadillas de vez en cuando, pero para un niño pequeño que aún no entiende lo que es un sueño, los sueños vívidos pueden ser muy perturbadores. Es posible que tu hijo se despierte en mitad de la noche llorando y con miedo.  

Abrazále y hablale suavemente si se despierta de un mal sueño y te llama. Decile que todo está bien y que sólo ha sido un sueño. Quedate con él hasta que esté tranquilo y relajado. Luego, volvé a dormirle.   

Los terrores nocturnos, en cambio, son un poco diferentes. Puede que notés a tu hijo pequeño revolverse en la cama con los ojos abiertos y aterrorizados. Puede que no responda cuando le hables. Cuando tiene un terror nocturno, no está despierto ni tiene una pesadilla.  

El terror nocturno es una forma de comportamiento de sueño que tiene lugar durante el sueño profundo. Aunque parezca aterrador, tu hijo ni siquiera lo recordará cuando se despierte.   

Puede ser muy molesto ver a tu hijo durante un terror nocturno y sentir que no podés consolarlo. Lo que podés hacer es vigilarle pacientemente hasta que vuelva a dormirse.   

No intentés despertar a tu hijo si está teniendo un terror nocturno; esto solo le dejará desorientado y confuso. Lo mejor que podés hacer es asegurarte de que no se haga daño al revolverse. Asegurate de que no se caiga de la cama y vigílalo hasta que se calme.    

Si notás que tu pequeño tiene un terror nocturno a la misma hora cada noche, podés intentar despertarle unos 15 o 30 minutos antes, para ver si esto ayuda a prevenirlo.   

Normalmente, los terrores nocturnos duran entre 5 y 15 minutos; poco después, tu hijo volverá a dormir normalmente. Puede tardar hasta 30 minutos en calmarse por completo. La mayoría de los niños superan los terrores nocturnos con el tiempo, y no son motivo de preocupación.   

Hablá con el profesional sanitario de tu hijo si tenés alguna duda o preocupación sobre los terrores nocturnos.   

Consultá la siguiente tabla para conocer la diferencia entre las pesadillas y los terrores nocturnos:

 

 

Pesadillas 

 

Terror Nocturno 

¿Qué aspecto tiene? 

Tu hijo puede despertarse llorando y asustado después de un sueño aterrador. 

Tu hijo puede gritar, llorar y agitarse durante el sueño. Puede parecer ansioso, agitado o alerta. 

¿A qué edad suele aparecer? 

Suele comenzar durante la primera infancia o, a veces, más tarde. 

 

Puede empezar a los 4 o 5 años, o incluso más tarde. 

¿Cuándo se produce? 

Una pesadilla suele ocurrir en la segunda parte de la noche. 

La mayoría de los episodios comienzan a las dos horas de haberse dormido y duran entre 5 y 15 minutos. Es más probable que se produzca un episodio si tu hijo tené fiebre o su horario de sueño se ha visto alterado. 

 

¿Con qué facilidad se vuelve a dormir el niño?  

 

Tu hijo podé tener dificultades para conciliar el sueño. 

 

 

 

Tu hijo se volverá a dormir rápidamente después de un terror nocturno. 

¿Recuerda el niño la experiencia? 

Es posible que tu hijo recuerde el sueño e incluso que hable de él. 

 

Tu hijo no tendrá ningún recuerdo del episodio. 

¿Qué puedo hacer al respecto? 

Consolá a tu hijo si tiene una pesadilla. Intentá aliviar cualquier factor de estrés en la vida de tu hijo. No dejés que tu hijo vea la televisión antes de acostarse y haz que los cuentos para dormir sean positivos. 

 

Intentá acostar a tu hijo un poco antes para evitar que se canse demasiado. 

¿Hay problemas a largo plazo? 

Hablá con el pediatra si tu hijo tiene pesadillas nocturnas durante un periodo prolongado. 

La mayoría de los niños superan los terrores nocturnos, pero habla con el pediatra si estás preocupado. 

Rechinar los dientes durante el sueño  

Es posible que notés que tu hijo rechina o aprieta los dientes o las mandíbulas mientras duerme. El rechinar de dientes -conocido también por su nombre médico, bruxismo- es bastante común en los niños. Los expertos afirman que entre 2 y 3 de cada 10 niños rechinan o aprietan los dientes. La buena noticia es que la mayoría de los niños superan este problema.   

El rechinar de dientes suele ocurrir durante el sueño profundo o cuando el niño está estresado. Podés intentar evitarlo con una rutina nocturna relajante antes de acostarse, para que tu pequeño esté tranquilo para dormir.   

Si tenés alguna duda o preocupación, ponte en contacto con el médico o el dentista de tu hijo para que te asesore un experto. 

En resumen

Entre el 20 y el 30 por ciento de los niños rechinan los dientes en algún momento. Puede ocurrir durante el sueño profundo o cuando el niño está estresado. Aunque la mayoría de las veces, tu hijo dejará de hacerlo, hablá con el dentista de tu hijo si te preocupa cómo puede afectar a los dientes de tu pequeño.

Preguntas frecuentes  

¿A qué hora debe acostarse un niño de 2 años?  

No hay una hora estándar para acostar a un niño de 2 años. Experimentá con una hora de acostarse que funcione para tu hijo. Es posible que tengás que ajustar la hora de la siesta si tu hijo no está lo suficientemente cansado a la hora de acostarse.  

¿Cuántas horas de sueño necesitan los niños pequeños?  

Tu hijo necesita dormir entre 10 y 12 horas, además de una o dos siestas al día.  

¿Cómo conseguir que un niño de 2 años duerma toda la noche?  

Una rutina a la hora de acostarse y un horario de sueño constante deberían ayudar a tu pequeño a dormir toda la noche. El entrenamiento del sueño también podé ayudar a tu hijo a aprender a dormirse por sí solo sin llamarte o sin salir de la cama para buscarte.  

¿Qué es la ansiedad por el sueño en un niño pequeño?  

Lo que parece ser ansiedad por dormir en un niño pequeño puede ser en realidad ansiedad por separación al irse a la cama. Tal vez, dejá la puerta abierta o da a tu hijo un objeto de transición que sea abrazable, como un peluche o una manta de seguridad.  

Si la ansiedad por dormir se debe a que el niño tiene miedo a la oscuridad, tal vez dejar la luz nocturna encendida o poner un poco de ruido blanco pueda ayudar.  

 Lo esencial  

Los niños pequeños necesitan dormir mucho y se benefician de muchas maneras de dormir bien por la noche. Pero, como sin duda sabés, conseguir que tu hijo se duerma es más difícil que simplemente apagar las luces y decir "buenas noches". Esto es especialmente cierto si tu hijo está excitado por algo que ha sucedido durante el día, o si experimenta ansiedad por la separación.  

Tener una rutina consistente a la hora de acostarse, asegurarse de que tu hijo tiene un entorno cómodo para dormir y ser firme en lo que respecta a las horas de sueño puede ayudar a tu hijo a aprender que cuando es la hora de acostarse tiene que estar arropado en la cama listo para descansar.   

También es posible que tengás que jugar con el horario de sueño de tu hijo: estar demasiado cansado o no estarlo lo suficiente puede afectar a su capacidad para dormir. Hablá con el médico de tu hijo si no estás segura de cuánto debe dormir y a qué hora.  

Es estupendo que tu hijo se duerma y permanezca dormido de forma independiente. Y cuando eso ocurre, tanto vos como tu hijo se beneficiarán de estar bien descansados al día siguiente. Aguantá, esas noches de insomnio asociadas a la etapa de bebé y de niño pequeño pueden ser pronto cosa del pasado.  

Cómo escribimos este artículo  

La información de este artículo se basa en los consejos de expertos que se encuentran en fuentes médicas y gubernamentales de confianza, como la Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. A continuación podés encontrar una lista completa de las fuentes utilizadas para este artículo. El contenido de esta página no debe sustituir al asesoramiento médico profesional. Consultá siempre a los profesionales médicos para obtener un diagnóstico y un tratamiento completos.    

Fuentes  

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